ID | #1603793858 |
Añadido | Mar, 27/10/2020 |
Autor | July N. |
Fuentes | Chris Aubeck, Return To Magonia
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Fenómenos | |
Estado | Estudio
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Datos iniciales
Martín Rodríguez, de 7 años, jugaba al escondite en la calle con un grupo de amigos. Martín y Fernando Carabelos corrieron hacia un antiguo corral cerca de la n-122 en busca de un lugar donde esconderse.
Los chicos caminaban juntos a lo largo de la pared de un corral abandonado. El lugar era conocido como un refugio para villanos y vagabundos, y estaba oscuro, por lo que el joven Martin hizo su rutina antes de entrar: tomó una gran piedra del Suelo y la arrojó a través de la pared, con la esperanza de que asustara a cualquier intruso.
Esta vez, sin embargo, la piedra golpeó algo completamente inesperado, causando un sonido metálico que los niños no reconocieron en absoluto. Martin entró con cuidado en el corral para ver qué había allí.
Al lado de la pared, como si estuviera oculto, vio un extraño objeto metálico en forma de lágrima invertida o pera, apoyado en tres patas gruesas.
Con 2,80 metros de altura y unos 1,95 de ancho, el coche tenía tres ventanas circulares a través de las cuales brillaba la luz rosa y azul. En el centro había una puerta cerrada dividida en dos, como algunos ascensores. Momentos después, el objeto comenzó a elevarse desde el Suelo y un delgado rayo de luz que se dirigía hacia Martin emanaba de él.
Fernando trató desesperadamente de agarrar a su amigo y arrastrarlo lejos de la luz, pero sin éxito. Martin se congeló en su lugar, agarrando su estómago. Fernando, en pánico, salió corriendo del corral, gritando a sus amigos que vinieran rápidamente y ayudaran, pero mientras tanto Martín comenzó a desmayarse y caer sobre su espalda.
Lo último que pudo recordar fue cómo observó que el artefacto en forma de pera se elevaba cada vez más hacia el cielo, su tren de aterrizaje empujado hacia el cuerpo a medida que se movía.
Encontraron a Martin medio inconsciente, no podía hablar y su piel parecía amarillenta. Sus pupilas estaban completamente dilatadas.
Mientras el niño era atendido por un médico, su padre y un amigo fueron al lugar donde se vio el objeto y descubrieron que el Suelo estaba quemado. El Suelo exudaba un fuerte olor a azufre.
En el hospital de Valladolid, Martin en ese momento tenía síntomas que incluían pérdida de visión y vómitos, y pronto cayó en coma. El niño de siete años tuvo que someterse a un total de catorce cirugías, trece de las cuales incluyeron la autopsia del cráneo por trepanación.
Noticias originales
Location. Tordesillas, Valladolid, Spain
Date: October 1 1977
Time: evening
7-year old Martin Rodriguez was playing hide and seek in the street with a group of friends. Martin and Fernando Carabelos ran towards an old corral near the N-122 motorway in search for a place to hide. The boys walked together alongside the wall of the deserted corral. The place was known for being a refuge for villains and vagabonds and it was getting dark, so young Martin did his usual thing before entering it himself: he took a large stone from the ground and hurled it over the wall, hoping that this would frighten off any intruders. On this occasion, however the stone hit something entirely unexpected, producing a metallic noise that the boys did not recognize at all. Martin walked gingerly into the corral to see what was there. Next to the wall, as if concealed, he saw a strange metal object in the shape of an inverted tear or pear, resting on three thick legs. 2.80 meters tall by around 1.95 wide, the machine had three circular windows through which pink and blue lights were emitted. In the center there was a closed door, divided in two like those of some lifts. After a few moments the object began to rise from the ground and a fine beam of light came from it, aimed at Martin. Fernando tried desperately to grab his friend and drag him away from the light but to no avail. Martin was frozen to the spot, clutching his belly. Fernando ran out of the corral in a panic, shouting to their other friends to come quickly and help, but meanwhile Martin was beginning to lose consciousness and fall backwards. The last thing he could remember was watching the pear-shaped artifact rise higher into the sky, its landing gear retracting into its body as it went. They found Martin semi-conscious, he could not speak, and his skin seemed to have turned yellow. His pupils were completely dilated. While a doctor was attending to the boy, his father and a friend went to the place where the object had been seen and found the earth burnt. The soil gave off strong sulfur like smell. In a hospital at Valladolid Martin’s symptoms at that time included loss of vision and vomiting, and soon entered into a coma. A total of fourteen life or death surgical operations had to be carried out on the seven-year-old boy, thirteen of which involved opening his skull through a process of trepanation. (I though I should include this incredible encounter).
Source: Chris Aubeck, Return To Magonia
Hipótesis
Investigación
Currículum
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