El giro de la novia

Hace unos 20 años, hubo un terrible accidente en la carretera de la ciudad. Hubo una boda. El auto con los recién casados regresaba del registro civil, todos alegres, alegres. En un momento dado, el conductor se distrajo, el automóvil se resbaló y se arrojó directamente debajo del camión. El novio y la novia murieron en el acto.

Desde entonces, cada pareja nupcial de Gorodets necesariamente va a ese árbol cerca del lugar del accidente para atar una cinta en él en memoria de los recién casados. Pero también hay quienes vienen a este lugar a divertirse, caminar y beber vino. Los locales creen que es esta actitud la que ha tocado el espíritu de la novia.

Y durante muchos años, en ese desafortunado giro de la noche, aparece un fantasma de blanco y asusta a los automovilistas.