Añadido | Jue, 01/07/2021 |
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Дата публикации | Mié, 30/06/2021
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Las nubes que brillan por la noche pueden ser una herramienta de diagnóstico para comprender mejor cómo la actividad humana cambia la meteorología de la mesosfera.
Cuando el cielo está oscuro y el Sol está justo detrás del horizonte, las nubes noctilucentes parecen fantasmas en el cielo. Estas luces parpadeantes, que durante mucho tiempo estuvieron solo en los rincones más fríos de la atmósfera de la tierra, cerca de los polos, se arrastraron constantemente hacia latitudes más bajas, alimentándose de cristales de hielo frescos.
¿Cómo y por qué se forman estos "fantasmas" y qué pueden enseñarnos?
La mesosfera de la Tierra, una capa atmosférica a una Altitud de 50-80 kilómetros, alberga nubes mesosféricas polares, también conocidas como nubes noctilucentes. Por lo general, se pueden ver en los cielos árticos y antárticos durante los meses de verano, cuando la humedad en la atmósfera superior es alta. Estas nubes se forman a partir de cristales de hielo de agua en el borde del espacio, donde la mesosfera es más fría.
Sin embargo, en las últimas décadas, los humanos han traído grandes cantidades de vapor de agua a la atmósfera como resultado de las actividades industriales y agrícolas, alejando estas nubes fantasmales de los polos.
Además, el cambio climático inducido por la actividad humana está enfriando constantemente la mesosfera y la termosfera, haciendo que las condiciones sean más favorables para las nubes noctilucentes. Los científicos quieren comprender mejor cómo estos cambios en la atmósfera superior afectarán la aparición de nubes noctilucentes, así como cómo estas nubes podrían usarse como herramientas de diagnóstico para comprender la meteorología de esta parte a menudo invisible de la atmósfera de la Tierra.
Un equipo de investigadores lanzó una misión llamada Super Soaker, que en enero de 2018 envió tres cohetes de sondeo a la mesosfera desde una instalación en Fairbanks. Uno de los cohetes llevaba un recipiente con 220 kilogramos de agua limpia. Este bote fue volado a una Altitud de 85 kilómetros. Los otros dos misiles, así como el sistema LIDAR basado en tierra, monitorearon las condiciones meteorológicas antes, durante y después de la explosión.
Los investigadores encontraron que una nube plateada de pequeño Tamaño se formó solo 18 segundos después de que se liberó el agua y duró unos minutos. La explosión de agua creó filamentos de hielo del Tamaño de un metro que enfriaron rápidamente el aire a 25 °C y jugaron un papel crucial en la formación de la nube.
"Por primera vez, se ha demostrado experimentalmente que la formación de nubes mesosféricas polares está directamente relacionada con el enfriamiento por vapor de agua", dijo Irfan Azim, científico jefe de Astra en Louisville, Colorado, e investigador principal de Super Soaker.
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