Añadido | Dom, 30/01/2022 |
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Дата публикации | Dom, 30/01/2022
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Algo cayó del cielo en la noche del 7 de febrero de 1991 sobre un vasto territorio argentino. Sus restos estaban dispersos a lo largo de una extensa franja que va desde la Patagonia hasta la costa. Logró recoger muchos fragmentos de metal. Uno de ellos está expuesto por miembros del grupo CIC Venado Tuerto (Santa fe) en ese momento. El otro fragmento está en manos de José Rodríguez, un policía de Pehuajo (buenos Aires), etcétera.
Por otro lado, el fragmento que se conserva en el Museo de entre ríos se ha convertido en un tema controvertido durante muchos años, ya que se "vendió" como un objeto inusual del espacio junto con una insignia translúcida que sorprendió a los visitantes. Claramente, el supuesto origen de los Ovnis era más atractivo para el público amante de los misterios que cualquier otro origen terrenal.
Según la leyenda, el objeto fue encontrado "por pura coincidencia" en 1991 en un lugar en entre ríos (rincón del Valle), que por pura casualidad resultó ser donde se desintegró el artefacto ruso. Por lo tanto, hubo una división entre los partidarios de los Ovnis y aquellos que dudaban del origen del objeto. Agregue a esto el hecho de que el cosmonauta que sostenía el objeto en sus manos dijo que no podía "identificar este objeto como una técnica Soviética".
Ahora, estamos lidiando con el hecho de que los ufólogos, después de tres décadas de apartar la vista, se vieron obligados a ceder ante la "evidencia" y la "evidencia" de un analista escéptico, prácticamente el exponente del tema.
Comodoro, al frente del único organismo oficial del gobierno argentino que estudia Ovnis. Los pasos tomados, agradables o no, cumplieron con todos los protocolos: en este caso, se envió un fragmento de metal translúcido a LINF (abreviatura de Ing. Gregorio Cusminsky Research Laboratories Physical metalluria), filial de la Facultad de mecánica De la escuela de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).
Como resultado, como era de esperar, el mito de los Ovnis se derrumbó. Según el ingeniero Carlos Llorente, el fragmento era una pieza de acero inoxidable cuyo origen no es otro que... ¡la estación espacial rusa Salyut-7! Así que el mito se derrumbó y se quemó.
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