Añadido | Mar, 02/01/2024 |
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Дата публикации | Mar, 02/01/2024
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Después de más de 50 años de ausencia de científicos en las montañas Cyclops en la provincia Indonesia de Papúa, el equidna Attenborough, una criatura inusual que se asemeja a una combinación de erizo, topo y oso hormiguero, ha sido redescubierto. El raro fenómeno fue descubierto durante el proyecto de investigación Expedition Cyclops, que instaló 80 cámaras trampa con sensores de movimiento en una región remota e inhóspita.
Nombrada en honor al famoso presentador de televisión británico David Attenborough, la equidna Attenborough de cuello largo fue registrada científicamente por primera vez por el botánico Holandés Peter van Roijen en 1961. Su apariencia característica se debe a la pertenencia al grupo monotreme, un orden de ovipositores que se separó de otros mamíferos hace aproximadamente 200 millones de años.
El equidna Attenborough, al igual que sus parientes, el equidna australiano y el ornitorrinco, es una de las cinco especies de monocotiledóneas conservadas en la Tierra. Está incluida en la lista Roja de especies amenazadas de la UICN como en peligro crítico de extinción y nunca se ha observado fuera de las montañas Cíclope.
Las expediciones anteriores, realizadas en 2022, despertaron la esperanza de los científicos cuando descubrieron fosas nasales en el Suelo, lo que sugiere la presencia de un equidna de cabeza larga que se alimenta de insectos terrestres. Sin embargo, a pesar de la instalación de 80 cámaras en un área enorme, que tuvo que superar la altura del Everest, el equipo de la expedición Cyclops casi se rindió después de cuatro semanas sin ninguna observación.
Afortunadamente, la suerte estaba de su lado. En el último día de la expedición, el equipo recuperó una tarjeta de memoria que no solo contenía imágenes, sino también videos que capturaban un equidna voluminoso y espinoso. Para confirmar su identidad, se realizó una consulta con el profesor Christopher Helgen del Instituto de investigación de museos de Australia.
El equipo de investigación trabajó en estrecha colaboración con la población local, en particular el pueblo Yongsu sapari, que ha vivido en las laderas septentrionales de las montañas Cíclope durante 18 generaciones. La equidna tiene un significado cultural para esta comunidad: el animal simboliza el fin de los conflictos. Tradicionalmente, cuando surge una disputa, un lado busca equidna en las montañas y el otro busca marlina en el océano. Debido a la dificultad de encontrar a ambas criaturas, a menudo se tardaron décadas en resolver los conflictos.
El redescubrimiento de la equidna de cola larga de Attenborough subraya la importancia de los esfuerzos de conservación para proteger las especies raras y en peligro de extinción. Como dijo James Kempton, biólogo de la Universidad de Oxford que dirigió la expedición, "esta increíble criatura nos recuerda la increíble biodiversidad que todavía existe en nuestro mundo y la urgente necesidad de conservarla".
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